29 octubre 2015

EL GUARDIÁN ENTRE EL CARRIZO

Amanece en una pequeña laguna del centro sur peninsular. Las gotas del rocío, aún congeladas en los "plumeros" del carrizo, comienzan a derretirse bajo los tímidos rayos del sol. Poco a poco, a medida que el astro rey  comienza a desperezar la vida de la laguna, observamos desde los observatorios, todo lo que sucede, mediante nuestro material óptico.
Los pajarillos comienzan a cantar, los flamencos aún dormitan tranquilos en el centro de la laguna, y los ánades comienzan a llegar a ella, después de una noche alimentándose en los campos cercanos.

En esta ocasión, os resumiré lo más destacado, de un viaje relámpago a diversas zonas húmedas de la provincia de Ciudad Real, en la compañía de mi buen amigo Joaquín del Castillo. Nos disponíamos a observar a la comunidad avifaunística, que se concentra en estos reductos húmedos.

Nuestra primera parada la protagonizó, la laguna Grande y Chica de Villafranca de los Caballeros. Grandes extensiones de carrizo y una lámina de agua considerable, bañaban ambos humedales que no conocíamos. Un pequeño bosque de tamarindos y un joven pinar constituían, junto a los campos de labor, los principales ecosistemas en la zona.
Centramos nuestra atención, en las grandes protagonistas del viaje, las aves acuáticas. En el interior de la lámina de agua, humanizada con varios embarcaderos, encontramos más de una treintena de los bellos Patos colorados y buenas concentraciones de Gaviota reidora. Entre la protección del carrizal, descubrimos a una Garceta grande, gorriones morunos y tarabillas comunes entre otros. (Destacar el asombro por el gran tamaño de algunos ejemplares de esta última especie).

Macho de Gorrión Moruno




Sin mucho más que destacar, continuamos hasta la siguiente parada. El complejo lagunar de Alcázar de San Juan, nos ofrecía mucha más variedad y cantidad, además de unas instalaciones de uso público más útiles y mejor conservadas que en el anterior humedal.

Buenas concentraciones de Porrón europeo, centenares de Cucharas europeos, algunos individuos de Ánade rabudo, 3 Malvasías cabeciblancas, Calamón y buenos números de Flamenco común, fueron algunas especies destacadas.
El comportamiento de un  bando nutrido de Focha común,  con más de 50 individuos, en el que se asociaban las tres malvasías, nos llamó la atención. Ante el acoso de los numerosos individuos de Aguilucho lagunero, que pudimos observar en la zona, repetían el mismo movimiento. Cuando la rapaz se acercaba y los sobrevolaba, salían del tupido refugio del carrizo y las eneas, a  una zona  más abierta, y cuando el peligro se alejaba volvían a la vegetación palustre. La única explicación que encontramos a este hecho, fue que la profundidad de las aguas y la forma compactada del grupo fuera un factor disuasorio, para que la rapaz pudiera capturar algún individuo.








Después de observar un buen rato la zona, y de la necesaria comida, nos acercamos a la Laguna de Navaseca, ya conocida por los lectores de este espacio. Laguna que se asienta en la EDAR de Daimiel, y que después de experimentar numerosos casos de botulismo, ha sido objeto de diferentes restauraciones y obras. Proyecto que hemos observado, pues son varios los observatorios construidos en el lugar, así como mejora y vallado del camino principal, e inclusión en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Pero lo más importante, como ocurrió en la otra ocasión, fueron los avistamientos.

Si hay algo que sorprende, siempre que se visita dicha laguna, son la gran variedad y  cantidad de especies que se pueden encontrar entre sus aguas y vegetación palustre. Con menor cantidad de agua, asociada a la fuerte sequía de este año, las anátidas y otras aves acuáticas se congregaban en la zona centro de la lámina.

Repasábamos dentro de nuestro viaje, en las dos ocasiones que visitamos Navaseca, concienzudamente cada rincón. Barríamos con el telescopio, centenarias concentraciones de Cuchara europeo, y de forma muy abundante  localizábamos Azulones, Frisos, Malvasía cabeciblanca, Cerceta común, buenas cifras de Porrón europeo y entre todos ellos, quizá lo más destacado un macho adulto de Porrón pardo.

Otras aves que localizamos en nuestras visitas, fueron 19 Ánsares comunes, más de una cincuentena de Flamenco común, con dos ejemplares anillados provenientes de las Marismas de Odiel,  varios individuos de Garceta grande junto con Garcetas comunes, un Fumarel Cariblanco, Combatiente, Archibebe oscuro, Archibebe claro y un nutrido grupo de Gaviota sombría en el que pudimos leer la anilla de un ejemplar.

Dicho individuo pertenece a un proyecto de anillamiento, llevado a cabo por Peter Rock en Bristol (Reino Unido). Gracias al historial remitido por Peter Rock, sabemos ahora que es una hembra anillada como pollo en el año 2002 en Bristol.  Se ha observado en el vertedero de Pinto y en Alcázar de San Juan en 2008, Quarteira en 2009, Weymouth en 2010 y Madrid en la primavera de este año.

Foto lejana y testimonial de la Gaviota sombría anillada con anilla verde lima en el tarso izdo, código negro M:W



Una de las Garcetas comunes acicalándose el plumaje. En la fotografía se observa un rasgo diagnóstico de la especie, los dedos  amarillos.

Una estampa típica de este humedal, Malvasía cabeciblanca macho, con Flamencos comunes y Pato Cuchara al fondo.



Curiosamente sólo detectamos un único ejemplar de Zampullín Cuellinegro el segundo día que visitamos Navaseca. 

Zampullín cuellinegro con plumaje de invierno.



Nos sorprendió el comportamiento de la mayor parte de los Patos cucharas que había en la laguna. Se agrupaban en una zona muy concreta del humedal en el que se alimentaban constantemente. En la fotografía inferior, lo que se observa en primer plano, no es una isleta si no una gran concentración de Cuchara europeo.

Detalle de un macho de Pato cuchara con plumaje de eclipse.


Para terminar la jornada, nos despidió un bello Búho Campestre que aprovechando los últimos rayos del sol, comenzaba a campear en busca de su necesario alimento.



Al día siguiente, decidimos visitar el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Nada más llegar, nos disponíamos a hacer las rutas marcadas, en las que tendríamos alguna que otra buena observación de los habitantes de las Tablas. Pudimos ver un buen número de Martinetes y un Elanio Azul justo en la entrada del PN.

Paseábamos con el telescopio a cuestas, por las típicas pasarelas de madera, que a primera hora de la mañana estaban teñidas de una fina y blanca helada. Rodeados de carrizos y tarays, avanzábamos parando en cada sonido, en cada canto y en cada fugaz observación de cualquier pájaro que cruzaba ante nosotros. Después de un buen rato, conseguimos ver uno de los pájaros más esperados de nuestra travesía, el Bigotudo. Conseguimos ver una pareja y más tarde un bando de más de 8 individuos.

Hembra adulta de Bigotudo.



Varios individuos de Garceta grande, Somormujo lavanco, Cigüeña blanca, Pechiazul, Gorrión Moruno y el bello Martín pescador nos acompañó y nos deleitó con bellas instantáneas como esta.


Pero sin duda alguna, quizá por lo esquivo y difícil de observar, debido a sus constumbres, fue la observación de varios ejemplares de Rascón europeo. Un auténtico fantasma entre la vegetación palustre y a menudo quién da la alarma ante cualquier intruso. Por esta razón, he querido titular "El guardián entre el Carrizo" a esta entrada, pues el Rascón es un verdadero custodio de las zonas húmedas.



Entre otras especies, destacar la presencia de dos ejemplares de Archibebe oscuro, Archibebe claro, más de 50 Ánsares comunes y más de 3000 Grullas comunes en paso.


Foto testimonial de uno de los ejemplares de Archibebe oscuro. Se aprecia un pico largo y ligeramente curvado en la punta,

Tres Cigüeñas blancas del gran bando que descansaba en las inmediaciones.


 Quizá una de las especies más representativas de este enclave, y además peculiar por sus rasgos morfológicos, en especial su extraño pico sea la Malvasía Cabeciblanca.

Hembra de Malvasía Cabeciblanca.



En cuánto a las anátidas más destacadas en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, varios ejemplares de Porrón pardo y Cerceta común.

Hembra de Porrón pardo.



En definitiva, una travesía que mereció la pena, tanto por las observaciones, como por la buena compañía en la que lo disfruté. Esperemos que no sea la última ocasión que visite estos paisajes manchegos y particularmente la Laguna de Navaseca, que quiso despedirnos con este bonito recuerdo.




11 octubre 2015

¿QUÉ MEJOR QUE UNOS ZANCOS?

Si te alimentas en zonas húmedas e inundadas, la mejor  opción para hacerte con el sustento, son unas largas patas, aspecto morfológico que da nombre a las aves zancudas. Bajo este apelativo, se incluyen varias especies de diferentes órdenes taxonómicos. En esta ocasión vamos a conocer a una especie que no sólo tiene largos zancos, si no que su pico ha adoptado una caprichosa forma, que además le brinda el nombre al ave.
Sin embargo, y los que visitáis mi blog lo sabéis, vamos a conocer a esta especie dentro de una historia, dentro de un pequeño relato, en el que no sólo trate de  la especie protagonista, si no que englobe a otras muchas que comparten hábitat con esta especie.

Nos encontramos a mediados del verano, en una colonia de Espátulas comunes, en un humedal holandés. Los adultos que aún lucen la bonita cresta y los tonos amarillos del plumaje nupcial, comienzan a agruparse junto a su progenie. Los pollos del año, desarrollados casi por completo, se alimentan guiados por los adultos en las someras aguas del humedal. A finales del mes de Agosto, cuándo los inmaduros han cogido fuerza y musculatura, forman bandos con los adultos para iniciar la migración. Una migración que los llevará muy lejos, varios miles de kilómetros hacia el sur.

Los adultos, que ya han realizado el largo y duro viaje más veces, guían a los juveniles hasta puntos de avituallamiento y descanso, donde permanecen unos días antes de seguir adelante en su viaje post nupcial, que los llevará a muchos al sur de Europa y al continente africano.

Cuando uno observa detenidamente a esta especie, le sorprende el aspecto general del ave. Blanca, con patas negras, y lo que más sorprende es su pico. La forma, la longitud y los caprichosos colores que tiene. A modo de espátula, el pico largo acaba en su extremo siendo plano, lo que le brinda el nombre de Espátula común.


Suelen ser bastante comunes, en la época de paso en los humedales marinos y de interior de nuestro país. Si el aspecto morfológico nos sorprende, el comportamiento gregario de la especie cuando se alimenta, incluso es más curioso. Se alimentan generalmente en zonas someras, dónde sus zancos y su pico les son útiles para capturar principalmente pequeños microorganismo, moluscos y peces. Comienzan a andar de lado a lado la cabeza con el pico introducido en el agua, para que cuando el extremo de su pico toca, por ejemplo, con un pez, capturarlo entre la superficie plana de su pico. Algo que se pensaba es que esta herramienta de la especie, tenía pequeños filamentos a modo de barbas que filtraban el agua en busca de su alimento, pero no consta de estas barbillas.

 "Espatuleando"




Se han realizado numerosos estudios y proyectos de anillamiento de este ave, y es frecuente que en los grupos que descansan y se alimentan haya algún individuo anillado.  Esto nos permite saber, entre otros datos, la edad, el lugar de anillamiento, las zonas de parada en su migración. Pero también nos podemos fijar en el plumaje y otros aspectos morfológicos para descifrar la edad de los individuos. En esta ocasión, podemos observar que las espátulas jóvenes y de 1º invierno, lucen las puntas de las primarias negras. Por otro lado, hay individuos que tienen muchos más años, y detalles de coloración y desgaste del plumaje, así como del pico, nos hacen pensar en que este ejemplar pudiera tener perfectamente más de 10 o 15 años.  En la siguiente comparativa se observa a un ejemplar adulto reproductor de quizá 4-5 años y el individuo que he permitido llamarla "La Abuela".

Ejemplar adulto (izda) y el ejemplar longevo a la dcha.



Bando de espátulas, en el que se encuentra un individuo anillado.



Observando a este ejemplar longevo, cuyo aspecto y comportamiento de guía para sus congéneres, "La Abuela" me hace pensar en ¿Cuántos años habrá recorrido las mismas rutas de vuelo en la migración?, ¿ Cuántos peligros habrá visto en los miles de kilómetros que ha recorrido? ¿Será este el último viaje de "La Abuela"? Muchas y muchas preguntas sobre este ejemplar que sin duda alguna, ha sido un placer poder observarla y que de alguna forma cuando veamos otro individuo de la especie pensaremos si son descendientes del citado ejemplar.


Plumaje desgastado, y la tonalidad del pico muy diferente al de un adulto joven. 


En esta foto se observa a "La Abuela" y a un ejemplar adulto en segundo plano.



Ligadas al medio acuático, comparten hábitat con otras grandes aves, que se incluyen en esa denominación de aves zancudas, aunque no pertenezcan al mismo orden. Las garzas reales y las garcetas comunes son algunos de los vecinos, que con otro forma de alimentarse compiten por algunas de las presas de las espátulas.

Garza real 



El pico en forma de daga y la utilización del cuello como un arpón, les hacen capturar peces con bastante facilidad.

Garceta común.



Después de alimentarse, los bandos de espátulas suelen descansar agrupadas y asociadas a algunas otras aves acuáticas.





 Una vez repuesto el combustible, las espátulas siguen adelante en su vuelo migratorio hasta África, y nos dejan con la ilusión de bellos momentos al observarlas y de que otro año más observemos a individuos como "La Abuela".






Este ejemplar, quiso otorgarnos el placer, a los lectores y al que esto escribe de unas bellas y espectaculares  instantáneas y momentos antes de unirse al grupo. Lo más impactante fue verle abriendo el pico varias veces antes de unirse al grupo, quizá despidiéndose de estas aguas y tierras salmantinas tan lejanas de su zona de cría, pero también tan necesarias para que no perezcan en el camino.




Hasta el próximo paso post nupcial, querida "Abuela"

09 octubre 2015

INVERNANTES EN MODO ON

Vientos predominantes, bajada de las temperaturas y cambio en el foto periodo, son sinónimos de migración de las aves norteñas, de los reyes alados del norte del continente europeo. Tanto es así que en estos últimos días, las planicies cultivadas de Castilla como las dehesas de Extremadura, comienzan a recibir a unas grandes viajeras, a unas incansables voladoras. 
Los pueblos, las tierras, las dehesas, y la gente de los campos, una vez más escuchan el familiar trompeteo de las grullas comunes, acompañado en muchas ocasiones por escuadras en V de otros plus marquistas de la migración que son los gansos. Bandadas más o menos importantes de grullas comienzan a recalar en las dehesas, en busca de las nutritivas bellotas, que les servirán para recuperar el esfuerzo llevado durante la travesía desde sus zonas de reproducción, en el norte de Europa. Algo similar al mismo tiempo, ocurre en los humedales de nuestra geografía que acogen cantidad de anátidas y bandos de ánsares comunes con algún "infiltrado" de otra especie menos común, como los ánsares campestres, caretos o alguna barnacla.  

Plus marquistas, atletas alados, viajeros, que migran, después de haber realizado la reproducción, hasta sus cuarteles de invernada, situados en el sur de Europa. Cientos y cientos, miles de grullas, miles de ánsares vuelan en estos días hasta nuestra península. Cansados por el esfuerzo del viaje, repostan el combustible en pequeños humedales y zonas de alimentación, que encuentran en su travesía. Las primeras escuadras de grullas y gansos, generalmente constituidas por ejemplares adultos con algún joven del año en sus filas, pasarán aquí gran parte o la totalidad del invierno, alimentándose y cogiendo fuerzas para el vuelo de vuelta, a finales del invierno, dónde iniciarán de nuevo la reproducción.  

Pareja de grullas en una zona adehesada. Zona típica de invernada para la especie. 



Sus inconfundibles y sonoros trompeteos junto con la formación en V las hacen fáciles de distinguir.


Junto a  estas grandes y pesadas voladoras, que indican el comienzo del otoño y la estación invernal, encontramos a multitud de avecillas y pequeños pájaros que migran en la misma época y como citaba anteriormente, algún "asociado" a los bandos de los anseriformes. En este caso, se trata de un bonito Ánsar Careto Grande, el que infiltrado en una gran bandada mixta compuesta por Ánsar común, Ánade real, Pato cuchara y Cerceta común, ha iniciado la migración hasta llegar a las aguas salmantinas. 

El ave de mayor tamaño, en el centro de la imagen. Sus bandas negras en la zona ventral, y su adorno blanco a modo de careta en el pico son aspectos importantes para distinguir a la especie del Ánsar común. (Pincha en la imagen para verla en mayor tamaño)

Sus patas de tono anaranjado y el pico rosado son otro de los aspectos a tener en cuenta. En esta imagen realizada en el humedal de la Nava, en Palencia se aprecian bien los diversos factores para su identificación.


Sin duda alguna, tenemos o deberíamos tener el placer, el orgullo y la satisfacción, que uno  siente cuando observa estas bandadas, de que tengamos la suerte de que aves que se hacen una larga travesía por los cielos de medio mundo vengan a las aguas, a las dehesas y a los cielos de nuestra península, adornándolos con sus graznidos y trompeteos, con sus formaciones en V y formando parte de esas bellas postales y momentos invernales que tenemos el lujo de observar y la obligación de conservar.