Quizá una de las aves más habituadas al ser humano, junto al gorrión común y a la paloma doméstica, es el ave de mayor envergadura que podemos encontrar fácilmente y ampliamente repartida por la mayoría de los pueblos de toda España.
A menudo nos deleita, con sus "equilibrios a una sola pata" en los minaretes, espadañas y torres de nuestra riqueza monumental. Y además es conocida en los pueblos y en la cultura general como un ave con la que se acaban los fríos invernales, y protagonista de alguna historia como ser la portadora en su pico de llevar los nacimientos a las casas.
Es la bella, majestuosa y blanquinegra Cigüeña blanca, que en estos días, andan ya incubando sus huevos en las grandes plataformas de ramas, barro, y tela que construyen en lo alto de edificaciones humanas, árboles, o tendidos eléctricos. Algunas incluso ya cuidan de sus pequeños retoños que han venido al mundo en estas últimas semanas.
Prueba fotográfica de la estrecha relación entre este ave y el ser humano.
Al vacío...
Llegando a las plataformas, después saludo entre la pareja
Por último, conservemos a esta especie tan sociable con el ser humano, para que las futuras generaciones sigan celebrando el 28 de Febrero, San Blas, día en el que se dice que a esta ave verás. Y para que sigamos teniendo el lujo de observar esos coloridos picos y patas rojas, su plumaje blanquinegro, y su crocoteo en las espadañas de nuestras iglesias, desde donde nos observan en armoniosa compañía.
UN SALUDO Y MUCHAS GRACIAS
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