19 noviembre 2018

Un aguilucho fuera de lo normal

En ocasiones hay jornadas de campo que recuerdas, por algo especial, para siempre. Una nueva especie, el encuentro con viejos amigos, el descubrimiento de un lugar que no conocías o la observación de algo atípico pueden ser algunos motivos para que pasen a ser recuerdos imborrables. 

Aprovechando que estaba pasando unos días por Sevilla, no podía quedarme sin visitar una vez más ciertos lugares como la Dehesa de Abajo o los arrozales del Brazo del Este, que se encontraban en plena cosecha. Esto será el contenido de la siguiente entrada. Entre miles de moritos, de flamencos y de otras especies ligadas al medio acuático, me llamó la atención el revuelo lejano de un buen número de rapaces en el cielo. 


Concentración de aguiluchos laguneros en el Brazo del Este.

Pude ver cómo más de una veintena de ejemplares de aguiluchos laguneros perseguían y acosaban a otra rapaz que desde la lejanía era incapaz de identificar. Más cerca y sin que los acosadores picados cesasen sobre esta rapaz, dudaba entre varias especies. Después de dudar y al verlo más detenidamente me percaté que se trataba de un aguilucho lagunero, pero ¿qué le pasaba en su plumaje? ¿Por qué tenía esa pigmentación tan extraña? ¿Sería leucismo parcial? No paraba de hacerme preguntas mientras lo observaba esquivando los ataques de sus congéneres. 


Acoso del individuo por parte de otros ejemplares.

El ejemplar parecía que había sido pintado o incluso parecía que desde su clara cabeza cayera "caspa" por todo su plumaje. Era espectacular y muy bonito. No sólo su plumaje dorsal tenía esta atípica y llamativa pigmentación, si no que en su silueta ventral también se atisbaban ciertas "motas" de color más claro. Probablemente una hembra por su envergadura significativa respecto a otros ejemplares, seguía preguntándome que habría influenciado para que tuviese ese plumaje. 




Plumaje dorsal y ventral.


Días más tarde revisé bibliografía de mi biblioteca personal y de otras colecciones, sin encontrar nada al respecto sobre este plumaje. Decidí preguntar a algunos amigos si habían visto algo similar y tampoco me resolvió las dudas. Por último, después de mucho buscar en internet, di con un único artículo de la revista científica British Birds, un referente sin lugar a dudas en la ornitología en Europa. En este artículo titulado "Unusual Marsh Harrier plumages"  se daban a conocer ciertos plumajes atípicos sobre la especie y curiosamente, entre ellos había fotos y descripciones de ejemplares muy similares al que observé.

Según la información recogida en el acertado artículo, en el año 1995, se tienen ya las primeras informaciones sobre leucismo y albinismo en aguiluchos laguneros en diferentes lugares (Italia, Norfolk, Suffolk y Países Bajos), todos ellos juveniles. Pese a esto, hoy día no encontramos información ni reseña alguna en las guías de identificación, ni siquiera en las más modernas y actualizadas. En todos los individuos registrados y aunque la cantidad de blanco es variable, se observa como afecta a las coberteras superiores, puntas de las plumas de vuelo e incluso el manto. Podéis leer el artículo en el siguiente enlace.



Ahora ya sabía que era una anomalía muy poco común, más aún que los ejemplares parcialmente leucistícos. ¿El motivo de este plumaje, que al parecer se va diluyendo con las sucesivas mudas? Un misterio. Pero seguía y sigo haciéndome preguntas sobre este ejemplar, que cariñosamente bauticé en mis apuntes de campo como Perlado, por que parece como si tuviera una serie de perlas en su plumaje. Una de las preguntas que más me repito al observar las fotos y con la escasa información sobre esta anomalía es si, ¿este ejemplar habrá venido del centro de Europa o del sur de Inglaterra, dónde han encontrado más individuos similares? No sería descabellado, pues muchos de los aguiluchos laguneros que observamos en invierno son ejemplares de latitudes más norteñas.



En esta fotografía se puede observar la diferencia de pigmentación y de tamaño con un aguilucho lagunero típico.

Con tantas dudas en la cabeza y con tan pocas respuestas sobre este individuo, que ojalá volviese a tener la suerte de observar en alguna ocasión más, termino la entrada con alguna fotografía más de este curioso aguilucho.