En la zona, un grupito de unos 15-20 cucharas, mezclados con ánades reales, y 7 cormoranes grandes. Además, una avefría, de las muchas que pudimos ver a lo largo del día, y una cotorra de Kramer.
Patos cuchara.
Después nos acercamos al Azud de Riolobos, y allí lo único que había eran ánades reales, y nada más. Cuando nos ibamos ya de allí, nos sobrevolaron alrededor de 300 grullas, increíble espectáculo con su griterío.
Y luego ya, nos fuimos a Huerta, para conocer aquello, con gran cantidad de pajarillos, y una buena cantidad de ánades reales, y este simpático cernícalo vulgar.
Y luego, ya en Salamanca, tenía que sacar a mi perro, a sí que al parque de Los Jesuitas, donde pude disfrutar de una pareja de picogordos.
Y después de comer, había quedado para pasar la tarde con Miguel Rodríguez ( EL ORNITOBLOG) en Alba de Tormes.
En la ribera, diversas aves, fochas, algún friso, garcetas grandes, garzas reales, gaviotas, cigüeñas, cormoranes, zampullines...
Después de estar un ratito viendo diversas aves, Miguel me enseño el dormidero de escribano palustre, y ahí estaba la gran primera sorpresa. Nada más llegar, 5 aguiluchos laguneros, volaban en las graveras cercanas, (les prestamos bastante atención, pues Miguel ya venía de allí, y me dijo que había uno marcado, pero que en la foto no se apreciaba los digitos). Aparentemente, no había ninguno marcado. Repasando las fotos... plasss, va y sale.
Aparentemente, solo tiene una marca alar amarilla en el ala izda, con el código negro 07. Informaré cuando tenga historial, si bien este individuo puede pertenecer a un proyecto realizado E. Gavrilov, en Kazajastán, en el otoño del 98, pero hasta no confirmarlo, es como si nada.
El macho de pico picapinos, con un cormorán grande detrás.
Y QUEDABA LO MEJOR DE LA JORNADA
pero eso es la historia de la entrada siguiente
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